A nuestros gobernantes no les preocupa el sufrimiento de sus ciudadanos

Este título puede representar perfectamente la conclusión que sacamos después de conocer el índice de desarrollo de los servicios sociales (DEC). Desde 2011, las distintas administraciones han reducido su gasto en servicios sociales en 2.212 millones de euros. Esta es una de las conclusiones del recientemente presentado índice DEC que elaboran la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. En un momento en que aumentan las demandas de atención social, el sistema de servicios sociales se adelgaza, cuando no se desmonta. 

Sigo con interés los documentos que esta Asociación elabora porque nos ofrecen una información seria y rigurosa sobre un ámbito como el de los Servicios Sociales sobre el que se habla poco y se investiga menos. Conozco a sus autores y son personas expertas y muy comprometidas desde hace tiempo con la acción social y los servicios sociales. 

En la presentación echamos de menos a Natividad de la Red y a Joaquín Santos Martí que por diversas razones no pudieron asistir a la presentación, y agradecimos a Gustavo García su presencia a pesar de sus problemas de salud. 

Los resultados del informe son demoledores (descargar). Se recorta el gasto, se retrocede en servicios y prestaciones ofertadas, se incrementan las diferencias entre comunidades autónomas y se quedan en papel mojado las nuevas leyes de servicios sociales.


Parece que nuestros gobernantes no se sienten obligados a ir en ayuda de los ciudadanos que lo están pasando mal, muy mal... Como si no fuera con ellos, recortan un gasto que, en comparación con el resto de gastos, aparece como insignificante (una "caquita" decía José Manuel Ramírez). Por suerte, no todas las Comunidades tienen el mismo comportamiento. País Vasco y Castilla y León, presentan un desarrollo de los servicios sociales de nivel alto o medio. Mientras que comunidades como Andalucía, Madrid, Galicia, Murcia, Canarias y Valencia calificado como irrelevante o, mejor dicho, en abierto retroceso. 

La solidaridad está en la base de una convivencia pacífica y fructífera. Mantenerla no es cuestión de dinero... es cuestión de creérselo.